Desmontando y desmintiendo el mito de la mujer culpable y pecadora desde los orígenes, o aquel otro que le otorga un “privilegiado” lugar “detrás del hombre”, este irreverente poemario le devuelve a Eva y a toda su descendencia femenina, su espacio y esencia. Canetti intenta provocar una reflexión franca acerca del triste papel que le ha tocado jugar a la mujer en un mundo brutalmente patriarcal. No se advierte, sin embargo, resentimiento en el sarcasmo, ni odio en la delicada ironía del lenguaje. Por el contrario, hay un lírico deseo de replantear la realidad desde la ficción femenina.